En los tiempos Bíblicos, cuando se ungía a una persona, el aceite que se derramaba sobre su cabeza corría por la barba hasta el cuello de su prenda de vestir. (Sl 133:2.) En tiempos bíblicos, los hebreos y algunos otros pueblos ungían ceremonialmente a sus gobernantes. Este acto constituía la confirmación de su nombramiento oficial. (Jue 9:8, 15; 1Sa 9:16; 2Sa 19:10.) Samuel ungió por rey a Saúl después que Jehová lo escogió. (1Sa 10:1.) David fue ungido por rey en tres ocasiones diferentes: una por Samuel, después por los hombres de Judá y finalmente por todas las tribus. (1Sa 16:13; 2Sa 2:4; 5:3.) Aarón recibió la unción tras ser nombrado sumo sacerdote. (Le 8:12.) Posteriormente, Moisés salpicó parte del aceite de la unción y de la sangre de los sacrificios sobre las vestiduras de Aarón y sus hijos, pero solo derramó el aceite sobre la cabeza de Aarón. (Le 8:30.)
También se ungían las cosas dedicadas como santas. Jacob tomó la piedra sobre la que había descansado la cabeza cuando tuvo un sueño inspirado, la puso como columna y la ungió, y así consagró el lugar, al que llamó Betel, que significa “Casa de Dios”. (Gé 28:18, 19.) Poco tiempo después, Jehová reconoció la unción de esa piedra. (Gé 31:13.) Por mandato de Jehová, Moisés ungió el tabernáculo y su mobiliario en el desierto del Sinaí, indicando que eran cosas dedicadas, santas. (Éx 30:26-28.)
En ocasiones se consideraba que una persona había sido ungida debido a que Dios la había nombrado, aunque no se le hubiera derramado aceite sobre la cabeza. Por ejemplo, Jehová le dijo a Elías que ungiera a Hazael por rey de Siria, a Jehú por rey de Israel y a Eliseo por profeta en lugar de él. (1Re 19:15, 16.) Luego el registro bíblico muestra que uno de los hijos de los profetas asociados con Eliseo ungió a Jehú con aceite literal por rey sobre Israel. (2Re 9:1-6.) Sin embargo, no hay registro de que nadie ungiera con aceite a Hazael ni a Eliseo. Debido a que Jehová había nombrado a Moisés profeta y representante, el caudillo y libertador de Israel, se le llamó Cristo (Ungido), aunque no se le ungió literalmente con aceite. (Heb 11:24-26.) Otro caso es el del rey persa Ciro, de quien Isaías había predicho que Jehová lo emplearía como Su ungido. (Isa 45:1.) Ciro no fue ungido en realidad con aceite por un representante de Jehová, pero como Jehová lo nombró para cierta misión, podía decirse que se le había ungido.
En la ley mosaica se daba la fórmula para la preparación del aceite de la unción. Era una composición especial de los ingredientes más selectos: mirra, canela aromática, cálamo aromático, casia y aceite de oliva. (Éx 30:22-25.) Usar esta mezcla para propósitos comunes o no autorizados era una ofensa capital. (Éx 30:31-33.) Esto demostraba figuradamente la importancia y santidad de un nombramiento confirmado por la unción con aceite sagrado.
Jesús de Nazaret demostró que era el Ungido de Jehová, es decir el Mesías o Cristo, que es lo que estos títulos significan, debido a que cumplió muchas profecías de las Escrituras Hebreas. (Mt 1:16; Heb 1:8, 9.) No se le ungió con aceite literal, sino con el espíritu de Jehová. (Mt 3:16.) Jehová lo nombraba Rey, Profeta y Sumo Sacerdote, y por ello se le llamó el Ungido de Jehová. (Sl 2:2; Hch 3:20-26; 4:26, 27; Heb 5:5, 6.) En su ciudad de Nazaret, Jesús reconoció esta unción cuando se aplicó la profecía de Isaías 61:1, que dice en parte: “Jehová me ha ungido”. (Lu 4:18.) Jesucristo es el único personaje de las Escrituras ungido para los tres puestos: profeta, sumo sacerdote y rey. A Jesús se le ungió con “el aceite de alborozo más que a [sus] socios” (los otros reyes de la línea de David). Esto se debió a que Jehová lo ungió directamente, no con aceite, sino con espíritu santo, y no para un reino terrestre, sino celestial, con la responsabilidad adicional del sumo sacerdocio. (Heb 1:9; Sl 45:7.)
Como en el caso de Jesús, también se puede llamar ungidos a los que siguen sus pasos y son engendrados por espíritu y ungidos con espíritu santo. (2Co 1:21.) Tal como a Aarón se le ungió directamente por cabeza del sacerdocio, pero no se derramó el aceite sobre la cabeza de sus hijos, del mismo modo Jehová ungió directamente a Jesús, pero su congregación de hermanos espirituales recibe la unción como cuerpo mediante Cristo Jesús. (Hch 2:1-4, 32, 33.) De este modo reciben un nombramiento de Dios para ser reyes y sacerdotes con Cristo Jesús en los cielos. (2Co 5:5; Ef 1:13, 14; 1Pe 1:3, 4; Rev 20:6.) El apóstol Juan indicó que la unción con espíritu santo que reciben los cristianos los enseña (1Jn 2:27), los comisiona y capacita para el ministerio cristiano del nuevo pacto. (2Co 3:5, 6.)
Jehová siente un gran amor e interés por sus ungidos y los cuida amorosamente. (1Cr 16:22; Sl 2:2, 5; 20:6; 105:15; Lu 18:7.) David reconoció que Dios era el que escogía y nombraba a Sus ungidos y que sería Dios quien los juzgaría. Levantar la mano para hacer daño a los ungidos de Jehová o a cualquiera que Él nombra trae como consecuencia Su desaprobación. (1Sa 24:6; 26:11, 23). Ahora tu eres su ungido, has sido ungido por Cristo a través del Espíritu Santo para una comisión especial, ¿Qué harás con esa unción?. Un Abrazo. Shalom!!!
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